Introducción

Como nos damos cuenta en todas las Iglesias cristianas siempre hay diferentes puntos de vista en como deben hacerse las cosas; y mientras aumenta el número de asistencia mas aumentan las ideas para ser eficaces en lo que planeamos. Pero entonces, ¿Por qué surgen problemas y más problemas con el pasar del tiempo? ¿Acaso estamos propensos a servir de esta manera en la cual no podemos ejercitar eficazmente nuestro ministerio? ¿Podremos caminar en común acuerdo teniendo diferentes puntos de vista? ¿Existe la solución a todo un conjunto de ideas? ¿Por qué no recibimos los resultados que esperamos? ¿Será que Dios no trabaja con la Iglesia de hoy de la misma manera que lo hizo con la Iglesia primitiva?


La respuesta a cada una de estas preguntas es que en general nos hemos independizado del Espíritu Santo, no dejamos que él nos guíe de acuerdo a su plan y propósito, seguramente esta es una de las razones más comunes. No hemos sido como lo fueron los primeros diáconos que se mencionan en el libro de Los Hechos capitulo seis; Hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. ¿Se necesitaba buen testimonio para repartir comida? ¿Se debía estar lleno del Espíritu para acomodar mesas y sillas, y a la vez sabiduría para lidiar con la gente y recoger los platos? La respuesta es sí. Pero la realidad de las cosas, en nuestros días sucede lo contrario, simplemente cualquiera que desee servir en la Iglesia puede hacerlo sin tomar en cuenta estas instrucciones de la palabra. Por eso que la mayoría de los errores o problemas que creamos como siervos de Dios no son meramente intencionados, entonces ¿Por qué ocurren? La respuesta es simple. No hemos dependido del Espíritu, ni tampoco hemos sido entrenados.


Es por eso que el Instituto Bíblico de Entrenamiento para Siervos está diseñado para entrenar a todos aquellos que deseen servir a Dios, y que no han tenido la oportunidad de asistir a un Seminario o Colegio Bíblico; No queremos decir que el curso reemplaza o es igual a estos, simplemente queremos por medio del Espíritu proveer instrucción básica a través de consejos, comentarios o aclaraciones de pastores maduros en la fe, lo cual le dará otra perspectiva.


Nuestro más grande deseo es que le sirva de guía y ayuda para el ministerio (servicio) que el Rey de reyes y Señor de señores le ha confiado. Por esta razón le exhortamos a que ponga todo su empeño y dedicación a las enseñanzas que se le otorgan a través de este curso, y que el servicio que presta a Dios sea aprobado en cualquier aspecto por muy insignificante que este parezca.


Que el Señor le bendiga poderosamente.
En Cristo Jesús, Jocias Méndez.